Buscando una hipotetica rumba que nunca se dio, la Barra Cofresi estaba cerrada, llegue hasta Panda subiendo una cuesta con cierta inclinacion no apta para personas sedentarias, gracias a las direcciones de un vecino.
Sus verdes i vino que cubren paredes i puertas de Panda abiertas al entorno con el Atlantico al norte i centenarias murallas al sur, hacen de este lugar lo que en el titulo se indica visualmente, con una agradable sensacion de no estar totalmente encerrado, lo cual se reafirma al entrar i observar la organizacion, limpieza i sencillez con una banda sonora operatica provista por los de Allegro 91.3. El disenho de la estructura, la distribucion del espacio me ha recordado los bares I cafetines a los cuales acompanhe ocasionalmente a mi padre que era hojalatero, en Savarona, durante aquella infancia agridulce, en los sesenta.
Este ultimo detalle nada mas pone en otra orbita al establecimiento en el cual uno va a darse un palo, con alguna cerveza de chaser. No existe otro, a menos que usted lector provea la referencia, en la zona metro. Darse un palo, una cerveza en plena relajacion con la posibilidad de salir o mirar desde adentro el paisaje al sur. En otras palabras a mi juicio no existe un placer mas grato que fumar lo que fuere, dares un trago de lo que sea, al aire libre, sea o no en vaso. El codigo ese que lo prohibe es una soberana tonteria, especialmente en un entorno con una belleza poco usual.
Carmen, su proprietaria comandaba las riendas en el antiguo Los Balcones en la esquina de la San Sebastian, calle con los guayacanes mas impresionantes de la zona metro. Luego de las primeras birras comenzo una conversacion a la cual Papito, vecino i lider communal se integro al rato de mi llegada.
Panda, visible desde la Norzagaray, caminando hacia el Morro ha sido realmente una peculiar sorpresa. Personalidades del cine i musica como los geniales Ruben Blades, Calle 13, Benicio del Toro han visitado el lugar. Macho Camacho el finado, bien querido boxeador, tambien lo hacia.
Descubri el espacio por accidente, por una rumba que nunca se dio. Una grata experiencia irrepetible, de esas de una vez en la vida. A tal punto que un momento nos enteramos Carmen i yo, junto a un parroquiano albanhil que los tres eramos de Caguas. En adicion, se menciono la calle Vizcarrondo, en cuya residencia mi tia Susana me cuidaba mientras mi madre laboraba en la Consolidated Cigar.
Otra anecdota giro en torno a nuestra anfitriona, fotografiada en El Mundo i El Imparcial, mientras celebrada trepada en las alturas uno de los triunfos de los finados Criollos de Caguas, posiblemente cuando Jim Rivera era el manager. Nunca olvido aquella bulla, las luces del Ildefonso Sola Morales desde el patio de nuestra residencia a dos calles de los bleachers i pollos. Ella se sentaba en palcos, yo en grandstand en la linea de tercera. I pensar que todo eso no volvera, solo recuerdos de cada quien.
A la conversacion que cubrio bastante cancha, se integro Papito, compartiendo su vision, experiencia vital en La Perla con los planes de desarrollo de la comunidad, que recordando lo que han hecho en las favelas en terminos de turismo/sustentabilidad en Brazil, podrian llevarse a cabo en nuestras costas.
La variedad i cantidad de clientes de todas las edades es algo que llama la atencion. Panda no es un espacio para esta o aquella generacion. Es un asunto de relajamiento, gracias al entorno i la banda sonora a un volumen adecuado, claro, i la conversacion inteligente.
Las fotos muestran la estructura en su entorno, solo falta la brisa, los felinos que Carmen cuida. Aqui la atraccion especial de Mia que tranquila i feliz dormia...Asi que gracias a la vida....me voy.
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